jueves, 9 de octubre de 2008

Precioso y fascinante

Qué pureza desprende mi añorado Peña Negra y que belleza tan sútil. Qué momentos y sudores, que casqueros y temores, el sonido de las piedras por la vejiga "pabajo". Qué frescura en tus entrañas, refugio a la vez que calma. Custodiado por el vuelo de la reina de las aves, siempre querido y amado por todo aquel que lo sabe.

sierra de tornavacas
Tornavacas, pico Peña Negra

1 comentario:

pablo dijo...

el peña negra sale precioso. Si no te importa la he guardado jeje. No me podía resistir.