lunes, 23 de noviembre de 2009

Colores en la alta Extremadura

Valle del Jerte en Otoño
Coníferas y frondosas en otoño
El bosque caducifolio se rinde ante el avance de la estación otoñal. Como soldados sumisos se despojan los árboles de su vestimenta, se quedarán desnudos, o porqué no, con el traje de invierno.
Las coníferas parecen ser dominantes, conservan su plumaje aguardando el azote invernal.

otoño en el valle del jerte
Estampa otoñal, Valle del jerte

otoño en el valle del jerte
Cerezos en otoño, Valle del Jerte
La belleza es indescriptible, el paseo es doblemente placentero, tanto por el aire como por el suelo. El silencio se apodera, no se escucha al sotobosque, la perdiz asustadiza corre por la hojarasca, el ciervo ya “venteó” el peligro hace rato, mientras el jabalí aguarda la llegada del crepúsculo.

cerezos en otoño en el valle del jerte
Valle del Jerte, Cerezos en otoño
El arco iris natural de nuevo me sorprende, lágrimas de emoción se asoman ante la escasez de lluvias, los últimos boletus se despiden, las nieblas se sumergen en el valle, el musgo resucita en los canchales y los buitres…. Ya planean por los aires.

otoño en el valle del jerte
Flores de otoño, Valle del Jerte

Cerezos en otoño en el valle del jerte
Otoño,Cerezos,Valle del Jerte

otoño en el valle del jerte
Robles en otoño, Valle del Jerte


sábado, 7 de noviembre de 2009

Desde mis entrañas

Nacido de un solo cuerpo, creado por más de un ser, ramificado hasta tocar el cielo y con los pies enterrados en el suelo. Regado por las nubes divinas, tapado por la cubierta invernal, alfombrado por los duendes del bosque y abonado por especies del monte. Custodiado por cumbres eternas, visitado en los días de niebla, observando los malos momentos, recordando los tiempos que fueron. Añorando en mi sombra el sestil…¿Tanto tiempo ha pasado, desde aquello que vi?

Escribiendo mil y una página en mi propio cuaderno vital, saludando a los pocos amigos que …. Esos que siempre están.
Monumento para unos, alimento para otros, despensa que nunca se agota, reliquia para quien me quiere y me adora.

Así voy pasando mi vida, bonita, extensa, dura y querida, sin saber que pasará en ésta u otra centuria, sin dejar de observar al sol… ni tampoco a la lluvia.
Con la única certeza de que “quien bien te quiere tarde olvida”.

encina quercus rotundifolia en el valle del jerte
Encina, Tornavacas