miércoles, 14 de mayo de 2014

Eternos Recuerdos II

CAMINOS DE PIEDRA


Cuando solo comenzar el negro ya es tú color,
Solo queda despertar, trabajar y perder sudor.
Sin apenas escritura ni libros ni juguetes,
voy corriendo a la merienda no vaya a ser que luego haya contienda.

Montada en el trillo
Vuelta y vuelta sobre el centeno,
Cargado el burro con las maquilas, subo el atajo corono el puerto. 
Con el tesoro en el lomo y la recompensa del tiempo, otra vez hacia Castilla
los gamones suculentos.

El zachín y el costalillo, las patatas en la tierra y cuando no a por el pan, ¡corre corre
que nos pillan!.

Con todo esto y lo demás mañana toca rozar,
Los riñones duelen hoy, mañana no sé qué dolerá.

La última sangre que tengo me llama desde lo ajeno. Mi madre que siempre manda…
impide un futuro bueno. Sin pan, ni lengua, ni perras, en tren nos dimos la vuelta, con dolor y sufrimiento pues no” trujimos” lo nuestro.

Continúo con valor y cojo la sartén por el mango,
unos días con calores y otros con no tantos.
Aún así todo es belleza, valor, coraje y entrega, orgullosa del camino, las paradas y destinos.
A pesar de los pesares y lo oscuro de la vida, todo tiene recompensa, tengo la
conciencia tranquila.


Nunca caminaré solo, siempre veré luz
y por muy oscuro que esté enfrente, jamás pensaré: ¡detente!

El valor y los reaños son virtudes matriarcales que se aprenden año a año superando los desmanes.