miércoles, 16 de noviembre de 2022

Los oficios perdidos

Vendimia, Cubetos, Tinajas, Banastas y Camellones 

“Hay tres días en el año que relucen más que el sol, la matanza, la vendimia y el día del estrujón”.

Tornavacas parra con uva en otoño
Tornavacas, parra con uva en otoño


Tornavacas haciendo aguardiente
Tornavacas, envasando aguardiente recién hecho


Tornavacas bodega con cubeto
Tornavacas, en la bodega haciendo la pitarra


El frescor nocturno junto con el cambio en el mobiliario y enseres en la calle de Real de Tornavacas indicaba la llegada de otra época. Se atalantaba la bodega apartando trastos viejos y quitando alguna telaraña, y los cubetos y camellones ensebados en los patios o en la propia bodega, ocupaban días después los rincones de la calle. El entretenimiento durante la noche estaba asegurado para los niños. Recorrer la calle quitando los tapones de corcho de los muchos cubetos que había a lo largo de la misma, era tarea casi obligatoria.

Tornavacas cubeto en la calle
Tornavacas, cubeto en la calle lleno de agua


Tornavacas camellón y banastas en la calle
Tornavacas, camellón y banastas en la calle


¡Veisos de aquí demás a hacer mal y daños a otro sitio!
Espetaba alguno de los muchos vecinos de Tornavacas que tenían preparados todos los aperos para vendimiar durante la toñá. Y al que una vez vaciado su cubeto le tocaba volver a rellenarlo de agua, con el objetivo de hinchar la madera y que no rezumase cuando estuviera lleno de caldo cociendo y fermentando.
¿Qué te crees Eloy, que has llenado alguna barriga?
Preguntaba Silvi “el Rampío” al descubrir la zalabardá y ver que ya le habíamos vaciado el cubeto en su propia puerta y con él mismo como vigilante detrás del portón. La carrera desde la puentecilla hasta la calleja del tinte estaba asegurada y el miedo era latente por la silueta de Silvi que nos perseguía por detrás. Al día siguiente o varios días después, tocaba ir a su casa a comprarle los riquísimos abridores que cosechaba, vendía y quileaba en la romana de plato, eso sí, siempre con la puerta del patio abierta y con los ojos sobre él, por si tomaba represalias. ¡Qué angustia era ir a ese recado!

Tornavacas bodega típica
Tornavacas, bodega típica con aperos de la vendimia


Tornavacas bodega típica
Tornavacas, tinajas y cubetos en la bodega


Tornavacas rebosadero de bodega
Tornavacas, canalización hacia la calle desde la bodega para expulsar los sobrantes de vino en el caso de que rebosaran las cubas o las tinajas


Mientras tanto las tardes se acortaban al compás que las noches iban creciendo. Las herraduras de las caballerías resonaban en la calle y las banastas se retorcían por el peso de la uva en los lomos de las bestias. Tremendo descanso para el animal que cedía el testigo a los valientes tornavaqueños que cargaban en sus hombros las banastas desde el caballo hasta algún rincón del patio que ya olía a mosto por las uvas estripadas durante el transporte. Así iba transcurriendo el otoño sin más entretenimiento que el amor de la lumbre, esa que tanta compañía daba en la velá.
Aunque la belleza del otoño en Tornavacas sigue siendo deslumbrante, esa otra belleza, la de los oficios perdidos ha desaparecido de la estampa del pueblo. El oficio de pisar la uva en el camellón, hacer la pitarra en las enormes cubas de hasta 200 cántaros, limpiar las tinajas de barro y estar al cuidado para que no rebosaran y hacer después el aguardiente, va quedando en el recuerdo.
“Antiguamente hasta que no pasaba la feria de octubre, no se empezaba a vendimiar en el pueblo, y nos tirábamos más de un mes vendimiando y pisando la uva en casa de la tía Marciana”.

Tornavacas pisando uva en el camellón
Tornavacas, pisando uva en el camellón


Tornavacas haciendo aguardiente
Tornavacas, preparando el alambique


El cambio generacional unido a la modernización en la sociedad arrastra al olvido parte de esa cultura de pueblo. Esto junto al abandono y deterioro de todos esos utensilios asociados a la vendimia y al otoño está provocando una irreparable pérdida patrimonial en Tornavacas. Las viejas bodegas poco a poco van desapareciendo y con ellas todo tipo de enseres, que directamente se queman, se venden o se pudren en la humedad de la bodega apoyados en los poínos y viviendo en una silenciosa y continua penumbra. Enseres que deberían cuidarse, restaurarse y documentarse en alguna casa museo. La casa del tinte hubiera sido un extraordinario museo etnográfico tornavaqueño, en el que se pudiera mostrar si no todo, al menos una parte de nuestras tradiciones, cultura y oficios más recientes. Antes de que desaparezcan por completo. Las bodegas sotorrizas que aún quedan en Tornavacas, sin duda un auténtico tesoro, igualmente deberían conservarse y restaurarse como parte de ese legado y de ese patrimonio tornavaqueño antes de que se pierdan para siempre.

Tornavacas bodega sotorriza
Tornavacas, saliendo de la bodega sotorriza


Tornavacas interior de bodega sotorriza
Tornavacas, tinajas en la bodega sotorriza


Tornavacas entrada a la bodega sotorriza
Tornavacas, entrada a la bodega sotorriza


En la sociedad actual sin tiempo para nada, vamos viendo cómo lentamente sin darnos cuenta desaparecen vestigios de ese otro tiempo. Pasado no tan lejano y enormemente rico. Acervo cultural y tradicional que forma parte de las raíces de un pueblo. Si no ponemos remedio a esto, estamos condenados al olvido. A no saber en pocos años qué hacían nuestros ancestros tornavaqueños, a qué se dedicaban, o por qué tenían ese diseño algunas casas del pueblo.

Tornavacas bodega típica
Tornavacas, cubetos y camellón en la bodega


Tornavacas prensa en la bodega
Tornavacas, prensa y enseres en la bodega


Aún hay tiempo de revertir la situación. Es cuestión de voluntad, actitud y sobre todo mirar por el bien común de Tornavacas, en este y en todos sus aspectos. La propuesta de construir un museo etnográfico en Tornavacas, en alguna de las casas más típicas que aún quedan en el pueblo se puede valorar por parte del ayuntamiento, asociaciones y de todos y cada uno de los tornavaqueños. Sin duda, sería una extraordinaria noticia para Tornavacas.

Tornavacas haciendo aguardiente
Tornavacas, haciendo aguardiente


Tornavacas alambique en el fuego
Tornavacas, alambique en el fuego


Tornavacas prensa en la bodega
Tornavacas, prensa en la bodega


Tornavacas tinaja de barro
Tornavacas, tinaja de barro para el vino



miércoles, 12 de octubre de 2022

Y volvió la ilusión a Tornavacas

Es el Cristo del Perdón sin ninguna duda la fiesta más grande y más importante de todas las que se celebran en Tornavacas. Quien está en el pueblo durante esos días lo disfruta y quien por distintas causas se encuentra lejos de él, lo añora recordándolo en tiempos pasados y resignándose con nostalgia al no poder estar presente en esta fecha tan especial para los tornavaqueños.

Tornavacas Cristo del Perdón
Tornavacas, Cristo del Perdón

Tornavacas, misa en honor al Cristo del Perdón, 14 de septiembre de 2019
Tornavacas, misa en honor al Cristo del Perdón. 14/09/2019

Tornavacas, ramo de acebo ofrecido al Cristo del Perdón, 14 de septiembre de 2019
Tornavacas, ramo de acebo ofrecido al Cristo del Perdón. 14/09/2019

A raíz de la pandemia resulta increíble cómo hemos normalizado el miedo que nos han impuesto. Lo que nunca debería haber sucedido, pasó, más bien nos sobrepasó. Pues dejaron de realizarse algunas actividades durante los días de la fiesta del Cristo, por culpa de la situación. Algo que quizá ni los más antiguos del pueblo hayan conocido. Poco a poco vamos cogiendo el ritmo de nuevo, pero ni siquiera nos atrevemos a volver la vista atrás, no vaya a ser que nos contagiemos otra vez y nos reprendan o nos señalen. ¿De verdad es necesario renunciar a nuestra esencia como pueblo a cambio del miedo? No. Sencillamente no. Es cierto que fueron momentos difíciles y llenos de incertidumbre, provocados por el desconocimiento y la falta de información veraz. Pero también es cierto que la ilusión, el sentimiento y la pasión todo lo pueden.

Tornavacas, plaza de la iglesia el 14 de septiembre de 2020
Tornavacas, plaza de la iglesia, 14/09/2020

Tornavacas, plaza de la iglesia el 15 de septiembre de 2020
Tornavacas, plaza de la iglesia, 15/09/2020

Tornavacas, misa en honor al Cristo del Perdón, 14 de septiembre de 2020
Tornavacas, misa en honor al Cristo del Perdón, 14/09/2020

Tornavacas, ramo ofrecido al Cristo del Perdón, 14 de septiembre de 2020
Tornavacas, ramo simbólico ofrecido al Cristo del Perdón, 14/09/2020

Tornavacas, misa en honor al Cristo del Perdón, 14 de septiembre de 2021
Tornavacas, misa en honor al Cristo del Perdón, 14/09/2021

Tornavacas, ramo ofrecido al Cristo del Perdón, 14 de septiembre de 2021
Tornavacas, ramo simbólico ofrecido al Cristo del Perdón, 14/09/2021

Tenemos que haber aprendido la lección, debemos de ser perseverantes y tener confianza y volver a ser Tornavacas. Esa esencia como pueblo que nunca debió desaparecer, ni siquiera en una situación tan excepcional como esa. La trascendencia de la fiesta del Cristo del Perdón en Tornavacas, es, y debe ser, infranqueable. Tenemos el deber de seguir manteniendo la ilusión por y para Tornavacas. De nuestra actitud hoy dependerá lo que quede escrito en la historia de nuestro pueblo en esta etapa que nos ha tocado vivir. Aunque haya que ir a contracorriente.
"Los peces vivos van contracorriente, los peces muertos van con la corriente"

Tornavacas, Ronda 15 de septiembre de 2020
Tornavacas, cantando rondeñas por la calle, 15/09/2020

Tornavacas, Ronda 15 de septiembre de 2020
Tornavacas, cantando rondeñas por la calle, 15/09/2020

Con el paso de los años hemos ido acomodándonos y dejando por el camino pequeños detalles que como el humo de un cigarro se han esfumado en el ambiente. Esa dejadez por nuestra parte, quizá sin ser conscientes de ello, ha provocado que el ambiente festivo que se vivía en Tornavacas hace unas décadas, haya quedado en el recuerdo. Al echar la vista atrás vemos como muchos de los actos que se realizaban en las fiestas del Cristo del Perdón han desaparecido casi por completo. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo de esa apatía? ¿Se ha perdido la ilusión en Tornavacas? ¿De verdad? Sinceramente creo que no, al menos no toda.

Cantando la Torera de Tornavacas, 15/09/2008

Tornavacas, guitarra de los quintos
Tornavacas, típica guitarra de los quintos

Tornavacas, mujeres bailando, 15 de septiembre de 2008
Tornavacas, mujeres tornavaqueñas bailando con la ronda, 15/09/2008

Tornavacas, mujeres bailando, 15 de septiembre de 2009
Tornavacas, mujeres tornavaqueñas cantando rondeñas, 15/09/2009

Tornavacas, Plaza nueva con vaquillas
Tornavacas, festejo en la plaza Nueva toreando vaquillas, década de 1980

Los más mayores del pueblo recordarán muchas de estas tradiciones:
“Al higo, higuín con la mano no, con la boca sí”, nos cantaba hace años el tío Julián “el putitas”. Y los niños con las manos en la espalda estirábamos nuestro cuello, para coger con la boca el higo seco colgado de un trozo de cuerda atado a un palo, sobre el cual el tío Julián golpeaba con otro palo, para dificultarnos apresar tan preciado tesoro. A quien era capaz de pillarlo con la boca, normalmente los más altos, como premio además del higo seco capturado, nos obsequiaba con otro higo de los muchos que llevaba en los bolsillos de su chaqueta. Algo tan simple como esto animaba a la chiquillería del pueblo y nos hacía aún más felices incluso con algo tan simple como un higo seco. En nuestro interior siempre está presente ese sentimiento tornavaqueño. Nuestros mayores son capaces de exteriorizarlo con más fervor, dado que fueron muchas las penurias que tuvieron que sufrir y la llegada de las fiestas siempre ha sido para ellos motivo de jarana y jolgorio, puesto que a las generaciones más jóvenes nos cuesta dar ese primer paso. ¡Perdamos el miedo a disfrutar! ¡Volvamos a la senda! Tornavacas nos necesita como nosotros a él. Si somos capaces de volver a recuperar la ilusión como pueblo, habremos contribuido a seguir agrandando la ya de por sí extensa historia de Tornavacas.

Tornavacas, ronda típica por el pueblo, 15 de septiembre de 2022
Tornavacas, de ronda por el pueblo, 15/09/2022