miércoles, 20 de marzo de 2024

El lobo ha vuelto

Es muy probable que el lobo ibérico, (Canis lupus signatus) haya vuelto a Tornavacas.

Parece que sí y es más que probable. Quizá nunca debió desaparecer, al menos no del todo. Si se hubiera mantenido en el tiempo una población de lobos por pequeña que fuera conviviendo con el hombre, sabríamos de sus costumbres. Su actual forma de vida ahora mismo es una incógnita, al menos para la generación actual de tornavaqueños. Después de unos sesenta años parece que el lobo ibérico ha vuelto a ocupar los mismos enclaves en los que habitó hasta la segunda mitad del siglo XX en Tornavacas. Aún viven bastantes tornavaqueños que convivieron con el lobo y recuerdan muchas anécdotas y experiencias vividas con él. Una convivencia siempre difícil y siempre determinante para el cánido. Su extraordinaria capacidad para la caza de todo tipo de presas, también las domésticas, lo convirtió en el enemigo número uno para el hombre del campo. Esa cualidad única sirvió para que el maestro Félix Rodríguez De La Fuente lo catalogara como super depredador, junto con el águila Real. Sin duda dos colosos del reino animal y en concreto de la fauna ibérica de los que tenemos la suerte de disfrutar de nuevo en Tornavacas. Parte de la toponimia de nuestro pueblo se la debemos al lobo. Distintos nombres y expresiones que aún se conservan hacen referencia a este extraordinario animal: arroyo lobo negro, canchal de la lobera, calle peña lobos, estar alobadado, lobo lince, el lobo del Cardal, y muchos otros que seguro que se han perdido para siempre. Este valioso legado es producto del encuentro del hombre con el lobo. Difícil encuentro puesto que el hombre siempre ha visto al lobo como un competidor nato, que incluso ganaba en muchas de las contiendas con el ganado doméstico. Bien es cierto que la situación en la que vivían nuestros ancestros en nada se parece a los tiempos actuales. Durante las últimas tres décadas la cabaña ganadera prácticamente ha desaparecido de la sierra de Tornavacas. Ese abandono de las funciones esenciales para la conservación del monte como es la ganadería extensiva ha provocado un aumento de la masa forestal en todos los niveles. Ocupando el espacio que antaño tenían cabras, vacas, ovejas y otros animales domésticos, ahora lo hacen distintas especies silvestres como ciervos, corzos, jabalíes y cabras montesas. En algunos casos ha sido tal el crecimiento de la población de alguna de estas especies que al no tener depredadores naturales ha propiciado que haya incluso super población. No es para nada extraño que el aumento del monte y de las especies que en él habitan, haya facilitado la vuelta del lobo a Tornavacas. Era cuestión de tiempo.

“Antes estaban las dehesas limpias como un jaspe, había mucho ganado y además se ramoneaba cuando caían los nevazos y algunas fincas se pastaban hasta en la primavera así es que las cabras no dejaban crecer ni los perigallos, las matarrañas no prosperaban. Como no haya ganado en la sierra, en pocos años se cierra de monte y pronto vuelven los lobos, y si no, al tiempo”

Tornavacas cierva comida por los lobos
Tornavacas, cierva comida por los lobos


Tornavacas cierva comida por los lobos
Tornavacas, cierva comida por los lobos


Tornavacas huellas de lobos
Tornavacas, huellas de lobo en la nieve


Tornavacas huellas de lobos
Tornavacas, huellas de lobo en la nieve


Tornavacas, rastro de los lobos tras haber matado una presa
Tornavacas, rastro de los lobos tras haber matado una presa


La lectura principal que se puede sacar de esta situación es cómo será la relación entre el hombre actual y el lobo. Dado que apenas hay ganado en la sierra, ¿se le perseguirá hasta su completa desaparición como ya se hizo en el siglo pasado? ¿seremos capaces de cohabitar dentro de un mismo espacio y respeto mutuo? El tiempo nos irá diciendo según las acciones que se tomen en beneficio de todos. Por otro lado está la Administración, que a veces por desconocimiento o por exceso de regulación no sabe gestionar adecuadamente asuntos de esta importancia. La voz del ganadero y del hombre del campo se debe poner sobre la mesa y el diálogo y el consenso deben imperar para que una de las especies más bellas y enigmáticas de nuestra fauna ibérica pueda seguir habitando la sierra de Tornavacas. De todos nosotros depende.