En determinadas ocasiones la naturaleza nos ofrece distintas estampas propias de un museo. Bien es cierto que muchas de ellas son perecederas,
pero cuando tienes la suerte de poder verlas, la sensación es indescriptible.
Tornavacas, hojas de castaño y musgo |
1 comentario:
chalecú me gusta mucho tu blog soy pablo. Dime quien eres que no lo sé
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