sábado, 19 de noviembre de 2011

Puentes y Pontones

puente en el río jerte
Puente medieval, Tornavacas

Seguro que han visto de llover los hermosos puentes que atraviesan el río Jerte y las gargantas de Tornavacas. En esos otoños e inviernos tan lluviosos que relatan los mayores cuando el agua embravecida tocaba las barbas del puente o se llevaba los pontones a “los infiernos”.
Paso imprescindible de ganado y arrieros, tanto en la vida cotidiana de la gente del pueblo, como en las rutas del estraperlo hacia la Vera o Castilla. Típico lugar de carabas vecinales, escuchando los zumbidos de las piedras en las crecidas: “el año pasado creció más el río, subió el agua hasta aquella piedra”.
Momento de inspiración para los mozos en las rondeñas:

                         “Paso río paso puente, siempre te encuentro lavando;
                         ¡Ay qué pena de carita!, que el agua se está llevando”.

Después de tantos episodios vividos en su piel, ahí siguen como testigos mudos fieles a su servicio y rutina, permitiéndonos pasar desde ésta hasta la otra  orilla.

puente en la garganta de san martín
Pontón en la Garganta de San Martín, Tornavacas



4 comentarios:

El tejón dijo...

Preciosa entrada, no se que me pasa últimamente que parece que todo el mundo se me adelanta, tenía en mente una entrada sobre un río y publica una entrada preciosa Alma, del blog Cuevalagua, (si no la has visto te la recomiendo) y tengo fotografiados unos puentes preciosos en espera a falta de pner un texto y me encuentro con tus puentes.
Te ha quedado sobresaliente.
Un abrazo.

chalecú dijo...

No te preocupes Tejón, que tú lo bordas en cada una de las entradas que publicas en tu blog. Si lo tienes en mente publícalo, cada uno vemos las cosas de forma distinta y las expresamos a nuestro estilo particular.

Muchas gracias por tu comentario.

Un saludo.

Luisa dijo...

Buenos días Chalecú!!

Qué recuerdos!. A mi me encantaba sentarme en las escaleras que dan a "la Picaza", en Cabezuela y, después de haber llovido un montón, contemplar el canchal más grande del charco. De paso comprobaba que la "crecida" había salvado las pasaderas. Todo un espectáculo maravilloso.

Gracias Chalecú. Un saludo.

chalecú dijo...

Es muy hermoso ver el agua alborotada, con las crecidas típicas del otoño. Cuando las piedras desaparecen y los ríos se sublevan.

Muchas gracias Vera por tu comentario.

Un saludo.